Dos restauraciones, Estella y Santiago de Compostela, protagonistas, por diferentes motivos, en medios de comunicación y redes sociales.
San Jorge (Estella).
La primera que salió a la luz fue el “San Jorge” de Estella. Una obra que conservaba una maravillosa policromía del siglo XVI, tras la intervención, nada afortunada, vemos una pintura que nada tiene que ver con el original. Lo peor de todo, a falta de un estudio en profundidad que lo corrobore, es que parece ser que se ha lijado la policromía original. Si es así, la habremos perdido para siempre.
Hay una ley de patrimonio y unos procedimientos que hay que seguir antes de llevar a cabo una restauración. Si en vuestra localidad escucháis a alguien que quiere intervenir sobre cualquier elemento del patrimonio, decidle que antes hay que ponerse en contacto con la diócesis, en el caso de un edificio religioso o con la institución correspondiente si se trata de un edificio civil.
Un aviso a tiempo, de cualquiera de los que estáis leyendo este artículo, puede salvar una obra de arte. No lo dejéis pasar. Todos los años salen a la luz noticias similares. Tenemos un patrimonio muy extenso que nos han legado nuestros antepasados, hagamos que las siguientes generaciones lo disfruten en su máximo esplendor.
Muchas veces las personas, con buena voluntad, ven una obra en mal estado y quieren que luzca mejor, pero una restauración de una obra de arte tiene que ser acometida por especialistas. Cuando se nos estropea el coche, lo llevamos a un taller mecánico. Con mayor motivo tiene que ser un equipo de profesionales el que recupere nuestro Patrimonio.
Pórtico de la Gloria (Santiago de Compostela).
Afortunadamente, tras la noticia negativa que saltó el día 25 de junio, el día 28 se presenta la restauración del Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela, realizado por el Maestro Mateo.
Una restauración multidisciplinar, en la que han invertido profesionales de distintas ramas, ha sacado a la luz el esplendor de este pórtico que había quedado velado por el paso del tiempo. Se realizó un estudio de las diferentes policromías desde la original del siglo XIII por el maestro Mateo, pasando por otra del siglo XVI y otra en el XVII. Se investigaron los materiales en los que fue realizado el pórtico y los problemas que presentaban. Se registraron todos los datos que presentaba el pórtico para después intervenir del modo más adecuado para la mejor conservación de la obra, tanto para la recuperación de la policromía como para el tratamiento de los diferentes agentes que estaban deteriorando la obra.
No siempre se poseen los medios para desarrollar un trabajo como este, pero siempre hay que dejar en manos de los profesionales las restauraciones para que ellos valoren como intervenir en las diferentes obras para que puedan conservarse en las mejores condiciones posibles.