El Portalón
El Portalón, levantado en la plaza de las Burullerías tras la remodelación de la zona en el siglo XV, corresponde a la arquitectura civil de finales del gótico y sigue la tipología de casa comercial urbana. Su nombre le viene dado de la enorme puerta de acceso; su tamaño obedecía a la necesidad de permitir la entrada y salida de carros con fines comerciales.
La planta del edificio es rectangular y posee una ancha fachada, a diferencia de otras casas de alforja vitorianas, mucho más estrechas. El zócalo del Portalón es de piedra, para aislar al edificio de la humedad. El resto de la construcción se resuelve con el típico entramado de madera y ladrillo, característico de la época medieval. La parte superior muestra un saledizo que apea sobre vigas de madera.
En cuanto a la disposición de las plantas, estas se hallaban jerarquizadas en función de la actividad que se desarrollaba. Así, en la planta baja tenían lugar las actividades relacionadas con el comercio, mientras que los pisos superiores estaban destinados a la vivienda, que estaba dividida a su vez en varias cámaras o habitaciones.
Durante la década de 1970 se restauró el edificio; se sacó el ladrillo y las juntas fueron rehundidas. La reforma obedecía, pues, más a criterios estéticos que históricos. Sin embargo, y a pesar de la evidente modificación del Portalón, la restauración, junto con su uso continuado, ha permitido conservar la construcción.